martes, 5 de junio de 2012

La dislexia en el aula

Orientaciones pedagógicas: 



Es importante conocer las características de cualquier dificultad o trastorno, ya que de ello depende que le mismo sea detectado. La población infantil pasa la mayor parte del tiempo con padres y profesores, por ese motivo serán ellos los que probablemente se den cuenta de la necesidad del sujeto.

Entre las características principales que le docente puede observar en un niño disléxico se encuentran una lectura lenta, ausente de ritmo, perdida de la linea, confusiones en le orden de las letras o inversiones y una escritura incoherente, con mala caligrafía, inversiones u omisiones de letras y/o palabras, etc.
Ademas el niño también puede presentar problemas en aritmética, por la dificultad de manipular símbolos numéricos y déficit espaciales.

Conjuntamente con los signos y síntomas escolares, padres y profesores pueden advertir una serie de características conductuales que normalmente afectan a los sujetos con este trastorno. El rasgo mas común es la ansiedad, mostrándose inseguro hasta el extremo opuesto con comportamientos agresivos por su exceso de vanidad. Ademas, los sujetos suelen mostrar una tensión inestable, consecuente a la fatiga que provoca superar constantemente sus dificultades perceptivas y una gran desmotivación y desinterés por los contenidos escolares, derivado de sus malas calificaciones y de la no correspondencia de las mismas con su esfuerzo.

La detección cuanto mas precoz mejor, ya que de ello dependerá una intervención adecuada y los resultados y consecuencias de la misma. Así pues, existen unos indicadores primarios que pueden hacer sospechar al profesor de la existencia de una posible dislexia o una predisposición a la misma. Estos indicadores se dan entre los cuatro y los seis años aproximadamente y aparecen de forma genérica a nivel de habla y lenguaje, con dislalias, vocabulario pobre, falta de expresión o comprensión verbal deficiente y en torno a la psicomotricidad, con retraso en la estructuración y conocimiento del esquema corporal, dificultades sensoperceptivas, torpeza motriz o tendencia a la escritura en espejo.

Cuando tengamos un alumno disléxico en clase es importante que, aunque es impresindible que ese niño reciba un tratamiento especifico, en el aula también se le debe atender apropiadamente. Lo principal es la comprensión del trastorno, huyendo de medidas sobreprotectoras, como de ideas preconcebidas de que el problema se deriva a la falta de motivación o pereza del niño o a un bajo nivel de inteligencia. Es recomendable dar a entender que se entiende el problema y que se le prestara la ayuda que precise. Todos nuestros actos deben ir dirigidos a optimizar el rendimiento del niño, a la vez que intentamos evitar problemas de frustración y perdida de autoestima.

Algunas indicaciones posibles para maestros de alumnos disléxicos son las siguientes, aunque hay que tener presente que las ayudas deben individualizarse a cada caso, a cada persona, teniendo claro nuestros objetivos:
  • Sentar en las primeras filas, para ayudarle siempre que sea necesario.
  • Ayudarle a pronunciar correctamente las palabras.
  • No utilizar el método global para el aprendizaje de la lectura.
  • No pretender que alcance el mismo nivel lector que sus iguales.
  • Animarle a preguntar cunando tenga alguna duda.
  • Comprobar que ha entendido el material escrito suministrado.
  • Ofrecerle material lector apropiado para su nivel.
  • Valorar los trabajos por su contenido, no por los errores de escritura.
  • Reforzar sus aspectos positivos.
  • Valorar los progresos de acuerdo a su esfuerzo.
  • Enseñar a tomar apuntes mediante notas breves.
  • Permitirle el uso de calculadora o tablas de multiplicar, para la realización de ejercicios determinados.
  • Ponerle menos deberes de lectura y escritura.
  • Darle fotocopias en lugar de hacerle copiar grandes planas de la pizarra.
  • No ridiculizarle jamas.
  • Tener en consideración que escuchar y escribir puede resultar muy difícil.
  • Tener en cuenta que en trabajos que le impliquen un sobresfuerzo debido a que estén implicados procesos con los que tenga dificultades, puede distraerse con mayor facilidad y/o tardar mas tiempo.
  • Enseñar a que se habitué a subrayar las ideas principales del texto utilizando un código de colores o de lineas.
  • Para aumentar su comprensión se puede llevar a cabo discusiones ne pequeños grupos sobre la lectura realizada siguiendo las preguntas del profesor.
  • Darle los párrafos que le toquen leer para que se los prepare ne casa.
  • Reformular las preguntas tantas veces como se necesario para que le alumno pueda entender.
  • Evaluar de manera independiente la ortografía y contenidos.
  • Se le puede aumentar el tiempo para hacer las actividades o reducir el numero de preguntas de estas o cambiar el formato de las mismas.
  • En cuanto al lenguaje escrito, es importante practicar en casa y en la escuela.
  • Para trabajar los contenidos matemáticos, enseñar estrategias de repasar las secuencias verbalmente (hablándose a si mismo, verbalizando los pasos a seguir uno  a uno).
  • Trabajar con textos mas breves y que vayan incorporando progresivamente nuevas palabras.
En la vida escolar de los niños disléxicos es conveniente hacer adaptaciones curriculares y en la manera de valuar sus trabajos y exámenes. En este y en todos los casos, las calificaciones deben estar de acuerdo con le esfuerzo que hace el alumno ya que así se podrá lograr aumentar su motivación para que este consiga acceder al aprendizaje con autonomía, sin la ayuda permanente del adulto.

Bibliografía:
  • Ortiz González, Ma del Rosario; Guzmán Rosquete, Remedios y García Espinel, Ana I. Facultad de Psicología. Universidad la Laguna de Tenerife. "Intervención psicopedagogica en la dislexia evolutiva". Articulo extraído de: www.psicopedagogia-online.com

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